Desde las
más simples hasta las más rebuscadas, las prácticas sociales tales como mirar
la televisión, ser pobre y ser educado atraen a las personas a hacer, pensar,
actuar y sentir de determinada forma. Lo que podría explicar una posible causa
del desarrollo del machismo.
¿Por qué el
machismo es lo que es? Una posible respuesta sería: por un lado, los hombres se
aprovechan de sus virtudes, aquellos entes que nacen con ellos (fuerza,
grandeza, poder amenazar a sus enemigos, etc.). En la época paleolítica, se
empezaba a germinar ésta doctrina, donde aquél que cazaba y hacía el trabajo de
sobrevivir era el hombre, de manera que la mujer se encargaba de la crianza de
sus hijos y tareas domésticas.
Ahora bien,
si miramos más allá de las cualidades internas que la gran mayoría ellos
poseen, no encontraríamos otra excusa para que las mujeres deban tolerar cierta
actitud.
Si bien la
definición de “machismo” indica que el hombre ve como ser inferior a la mujer,
no es respetable pensar de esa forma, y tampoco desde el otro extremo: por
ejemplo, una mujer caminando por la calle ve a una pareja (hombre y mujer) y la
mujer le dice al otro que es un “maricón” por planchar la ropa. Reflexionando,
esto es muy estúpido, además hay mujeres que se quejan de sus parejas por ser
“haraganes”… pero si nos remontamos nuevamente a épocas anteriores, donde el
hombre era el que buscaba la comida cazando y la mujer se quedaba cuidando a
sus hijos y haciendo las tareas domésticas, esto no es tan estúpido…
Sin
embargo, si lo pensamos éste hábito que se manifestó en las familias tendió a
repetirse, inculcando en las siguientes generaciones la distribución de tareas.
Ahora bien, ¿Es en base al optimismo en ciertas virtudes de cada ser o en base
al disgusto y discriminación en esas cualidades humanas?...
Naturalmente,
los seres humanos queremos sentirnos bien con nosotros mismos, al punto de que
buscamos defectos en otra persona para aventajarnos. Con lo cual, da lugar a la
competencia y a la arrogancia. Por eso existen las personas machistas y
feministas, por ejemplo.
Ambos sexos
son personas, personas que deberían ser respetadas tal como son, sin mirar sus
defectos como una ventaja o quitar sus derechos.
No debemos
mirar la vida como una competencia en donde debe ganar el más fuerte, juntos
podemos valorarnos por lo que somos y vivir en un mundo mejor, sin
discriminación, con respeto y amor. ¿Será posible? ¿Y si comenzamos por el
primer paso?...